Las normas anteriores no abordaban los suministros de agua específicos, excepto los sistemas de rociadores automáticos. Los criterios de exigencia variaban, generando dudas, por lo que la nueva norma busca claridad y la incorporación de las últimas tecnologías. Las novedades incluyen una fácil selección de la clase de suministro, ilustraciones, diferenciación entre bombas jockey y principales, detalles sobre cuadros de maniobra, bombas verticales de eje, materiales, potencia absorbida, número de bombas eléctricas y documentación. Se destaca un anexo sobre casos especiales de bajo riesgo.

La norma se divide en dos bloques. El primero (apartados 1 al 5) clasifica las configuraciones de suministros de agua para protección contra incendios. El segundo (apartados 6 al 9) establece condiciones para elementos como bombas y salas de bombas, documentación y pruebas. Se categorizan los abastecimientos según tipos y fuentes de agua. Destaca que las salas de bombas deben tener resistencia al fuego de al menos 60 minutos y ser exclusivas para protección contra incendios, pudiendo ubicarse en edificios independientes o compartimentos con acceso exterior.

La UNE 23500-2018 es una evolución de la versión de 2012, buscando adaptarse a nuevas tecnologías y aplicarse a todos los tipos de sistemas contra incendios. Se enfoca en la coherencia técnica, mejor definición y selección de abastecimiento, y una descripción más precisa de las fuentes de agua. Se han mejorado aspectos como avisos y alarmas, dimensionado de tuberías, y ubicación de equipos de bombeo. La revisión incluye un anexo informativo sobre la selección de categoría y clase de abastecimiento, define “fuente inagotable” y “depósitos” de manera más detallada, y presenta tablas claras para definir la clase de abastecimiento. Se eliminó el anexo C de 2012 y se introdujeron opciones voluntarias para abastecimiento sencillo. 

Se establece la parada manual de la bomba principal en el abastecimiento sencillo y se añade un apartado sobre el sistema de bombeo en abastecimientos superiores o dobles. Se incorpora un nuevo rango de caudalímetro, se definen las válvulas de seccionamiento del circuito de pruebas y se introduce el concepto de “sensor de presión”. Además, se exige un sistema de bloqueo automático en los cuadros de bombas principales y se requiere la presentación de las curvas de bombas originales del fabricante en la documentación del equipo de bombeo.

La versión de la norma UNE 23500 exigida hasta mayo de 2022 por el RIPCI en España es la del año 2012. La versión posterior de 2018 no fue incorporada en el RIPCI y carece de vigencia al haber sido sustituida por la versión actual de 2021. Aunque la 2021 retoma gran parte de las contribuciones de la 2018, también corrige algunos puntos.

Para mantener el nivel de seguridad establecido por la versión 2012 en abastecimientos sencillos, se limita el alcance del apartado 6.4. Se mantiene el cambio de criterio sobre el colorido de los pilotos de indicación, se exige doble cargador de baterías y 6 intentos de arranque para todos los grupos diésel, y se requiere registro de eventos en los cuadros de control según el anexo H de la norma. Además, se aumenta la exigencia en varios aspectos, como la talla de los elementos eléctricos y el margen de potencia de los motores.

La versión 2021 representa un paso hacia la unificación normativa con Europa y aumenta la exigencia de seguridad en diversos aspectos, anticipando su posible inclusión en el RIPCI.

La versión de la norma UNE 23500 exigida hasta mayo de 2022 por el RIPCI en España es la del año 2012. La versión posterior de 2018 no fue incorporada en el RIPCI y carece de vigencia al haber sido sustituida por la versión actual de 2021. Aunque la 2021 retoma gran parte de las contribuciones de la 2018, también corrige algunos puntos.

Para mantener el nivel de seguridad establecido por la versión 2012 en abastecimientos sencillos, se limita el alcance del apartado 6.4. Se mantiene el cambio de criterio sobre el colorido de los pilotos de indicación, se exige doble cargador de baterías y 6 intentos de arranque para todos los grupos diésel, y se requiere registro de eventos en los cuadros de control según el anexo H de la norma. Además, se aumenta la exigencia en varios aspectos, como la talla de los elementos eléctricos y el margen de potencia de los motores.

La versión 2021 representa un paso hacia la unificación normativa con Europa y aumenta la exigencia de seguridad en diversos aspectos, anticipando su posible inclusión en el RIPCI.